¿Qué tipos de custodia compartida existen actualmente en España?

¿Qué tipos de custodia compartida existen actualmente en España?
La custodia compartida es una modalidad de guarda y custodia en la que ambos progenitores asumen de manera equilibrada la convivencia y el cuidado de los hijos, lo cual favorece el desarrollo emocional y social de los menores al permitirles mantener una relación continua con ambos padres. En España, la custodia compartida se ha convertido en una opción cada vez más frecuente y se aplica de diversas maneras para adaptarse a las necesidades específicas de cada familia. A continuación, explicamos en qué consiste la custodia compartida en España y los diferentes tipos de custodia compartida que existen.
La custodia compartida en España
En España, la custodia compartida se establece para asegurar que ambos progenitores participen activamente en la crianza y el cuidado de los hijos tras una separación o divorcio. Esta modalidad de custodia requiere un alto nivel de colaboración y comunicación entre los progenitores, ya que implica una organización conjunta y una capacidad de adaptarse a los horarios y necesidades de los hijos.
La custodia compartida puede solicitarse en acuerdos de mutuo acuerdo o en procesos contenciosos y es concedida por el juez siempre que se considere que es lo mejor para el bienestar de los hijos. Los jueces evalúan diversos factores para determinar si la custodia compartida es adecuada, como la edad de los hijos, el entorno de cada progenitor, la disponibilidad de tiempo y la relación previa entre los progenitores y el menor.
Tipos de custodia compartida
Existen diferentes tipos de custodia compartida en España, que varían según la forma en que se organizan los tiempos de convivencia, el régimen de visitas y el reparto de responsabilidades. Estos tipos permiten adaptar la custodia compartida a la situación de cada familia y ofrecen opciones flexibles para asegurar el bienestar del menor. Los tipos principales de custodia compartida en España incluyen:
Custodia compartida con alternancia semanal
En este modelo de custodia compartida, cada progenitor convive con los hijos durante una semana completa, alternándose semanalmente en la responsabilidad del cuidado y la convivencia. Este sistema es uno de los más comunes en España, ya que permite que cada progenitor organice su vida y sus actividades semanales en torno a la convivencia con los hijos.
Ventajas: Proporciona estabilidad al menor, ya que permite que pase una semana continua con cada progenitor sin cambios constantes. Además, facilita la organización de las rutinas y actividades de los hijos.
Desventajas: Puede ser difícil para los niños más pequeños adaptarse a estar una semana sin ver a uno de los progenitores. Es importante que los padres mantengan una buena comunicación para que los hijos se sientan seguros.
Custodia compartida con alternancia quincenal
En este tipo de custodia, cada progenitor convive con los hijos durante periodos de dos semanas consecutivas antes de alternar la custodia. Esta modalidad es menos común que la alternancia semanal, pero puede ser beneficiosa en casos donde los progenitores tienen horarios de trabajo o compromisos que requieren más estabilidad.
Ventajas: Proporciona mayor estabilidad en la convivencia y permite que los menores se adapten a una rutina constante durante un periodo más prolongado.
Desventajas: Al igual que en la alternancia semanal, el menor puede echar de menos al otro progenitor. También es importante que ambos progenitores mantengan comunicación constante para gestionar cualquier cambio o problema.
Custodia compartida con alternancia de días
En este modelo de custodia compartida, los progenitores se alternan en el cuidado de los hijos en intervalos más cortos, generalmente cada dos o tres días. Este modelo se utiliza principalmente cuando ambos progenitores viven cerca y pueden mantener una comunicación fluida para asegurar la estabilidad de los hijos.
Ventajas: Permite que el menor tenga contacto frecuente con ambos progenitores, lo que puede ser beneficioso para niños más pequeños que requieren un vínculo cercano con ambos padres.
Desventajas: Los cambios frecuentes pueden ser estresantes para el menor, y el modelo puede resultar complicado de organizar si los progenitores no tienen horarios flexibles o no viven cerca.
Custodia compartida con vivienda fija para los hijos (modelo de "nido")
En el modelo de “nido”, los hijos permanecen en una vivienda fija, mientras que los progenitores son quienes alternan la residencia en esa vivienda durante los periodos de custodia. Este tipo de custodia compartida se utiliza en situaciones donde ambos progenitores desean mantener un entorno estable para los hijos, evitando que estos tengan que cambiar de residencia constantemente.
Ventajas: Ofrece una gran estabilidad a los hijos, ya que permanecen en el mismo hogar y entorno, con sus pertenencias y rutinas. Evita el estrés de los traslados constantes.
Desventajas: Este modelo requiere que ambos progenitores tengan una segunda residencia disponible y puede ser costoso y difícil de mantener a largo plazo. Además, los padres deben coordinarse bien para evitar conflictos relacionados con el uso de la vivienda compartida.

Custodia compartida mixta o adaptada
La custodia compartida mixta combina varios modelos para adaptarse a las necesidades específicas de la familia. Por ejemplo, los progenitores pueden optar por una alternancia semanal durante el periodo escolar y una alternancia de días durante las vacaciones. Este tipo de custodia es muy flexible y permite ajustes en función de las actividades y compromisos de los hijos.
Ventajas: Ofrece la máxima adaptabilidad, permitiendo que la custodia se ajuste a las necesidades cambiantes de la familia, como actividades escolares, periodos de vacaciones o eventos especiales.
Desventajas: La flexibilidad requiere una buena planificación y una comunicación fluida entre los progenitores para asegurar que los hijos mantengan una rutina coherente y estable.
Factores a considerar al elegir el tipo de custodia compartida
Seleccionar el tipo de custodia compartida más adecuado para una familia requiere evaluar diferentes factores, siempre con el interés superior del menor como prioridad. A continuación, se ofrecen algunos aspectos importantes que deben considerarse:
Edad de los hijos: La edad y las necesidades de los hijos influyen en la elección del tipo de custodia. Los niños más pequeños pueden beneficiarse de modelos de alternancia de días, mientras que los adolescentes pueden adaptarse mejor a la alternancia semanal o quincenal.
Relación entre los progenitores: La buena comunicación entre los progenitores es esencial para cualquier tipo de custodia compartida, pero algunos modelos, como el de alternancia de días, requieren una comunicación más constante que otros.
Proximidad de las residencias: Los modelos de custodia compartida que implican alternancia de días o visitas frecuentes requieren que ambos progenitores vivan cerca para reducir el impacto de los traslados en la rutina diaria de los hijos.
Disponibilidad y horarios laborales: Los horarios de trabajo y la disponibilidad de los progenitores también determinan la viabilidad de algunos modelos de custodia compartida. Es importante que ambos progenitores puedan cumplir con sus responsabilidades sin afectar la estabilidad de los hijos.
Preferencias de los hijos: En el caso de adolescentes o niños mayores, su opinión sobre el tipo de custodia que prefieren puede tomarse en cuenta, siempre que se considere que sus preferencias son en su propio beneficio.