LUCÍA MORO MIJARES

Descripción:

Lucía Moro Mijares es una profesional del derecho con sólida reputación como abogado de divorcios en Gijón y experta en derecho de familia. Con formación en Derecho en Oviedo y especialización en mediación por la Universidad Carlos III de Madrid, combina conocimientos académicos avanzados con sensibilidad y compromiso con el bienestar de las familias. Su enfoque en mediación, como camino alternativo al litigio judicial, le permite gestionar separaciones y custodias con una visión colaborativa que prioriza soluciones amigables y respetuosas de los intereses de todas las partes implicadas 
Lucía Moro Mijares promueve el derecho colaborativo en casos de divorcio, destacando la posibilidad de resolver conflictos sin necesidad de acudir a los tribunales. Su labor en este ámbito se traduce en procedimientos más fluidos y menos traumáticos, ideal para quienes buscan una separación basada en diálogo y civismo 
La trayectoria profesional de esta abogada se caracteriza por una atención cercana y personalizada. Ofrece asesoramiento integral en derecho de familia, especializándose en separaciones y custodias con una perspectiva empática y profesional. Su capacidad para mediar, entender las emociones y dar prioridad a los menores y a la estabilidad familiar, la convierten en una referencia local en Gijón 
Además, Lucía Moro Mijares ha contribuido a la difusión de la metodología colaborativa en Asturias, organizando cursos y promoviendo la formación de profesionales en mediación. Su trabajo ha impulsado una práctica jurídica más humana y eficiente, beneficiando a numerosas parejas que buscan resolver sus conflictos de manera civilizada y respetuosa 
En definitiva, como abogado de divorcios en Gijón con amplia experiencia en derecho de familia, Lucía Moro Mijares destaca por su capacidad para gestionar separaciones y custodias mediante el uso de mediación y derecho colaborativo. Su enfoque profesional es claro, positivo y centrado en ofrecer soluciones óptimas para sus clientes, manteniendo el equilibrio entre rigor jurídico y humanidad, sin recurrir al enfrentamiento judicial.